La maternidad es algo más que tener un hijo. Es una relación única e irrepetible entre madre e hijo. Una relación en la que cada uno influye al otro. La madre influye al hijo y el hijo a la madre. Es una relación nueva pero cargada de relaciones antiguas. Conozcamos un poco más los vericuetos de la maternidad.
El nacimiento de una madre
La maternidad es algo más que tener un hijo. Es una relación única e irrepetible entre madre e hijo en la que ambos se influyen mutuamente. Esta relación se va transformando y cambiando según los retos que van afrontando en el crecimiento del hijo.
Ser madre es un proceso largo y gradual, previo incluso al nacimiento del hijo. Cuando una mujer tiene un hijo pasa a ser madre con su propia historia. Una historia hecha de relaciones familiares donde toma especial relevancia la relación con su propia madre. La nueva madre en parte será madre según sus vivencias como hija.
La madre ideal
Ser madre es una tarea dura y complicada. Por eso muchas madres recurren a manuales de crianza en los que esperan encontrar soluciones. Muchas madres buscan ser la madre ideal huyendo de ser un desastre de madre. Desafortunadamente, muchas encuentran más desesperación, tal y como recogía la prensa hace unos meses. Esto sucede porque no hay una única forma de ser madre. La mejor forma de ser madre es descubriendo a su hijo y descubriéndose a ellas mismas con su hijo. En cualquier caso es importante tener presente que las madres siempre intentan criar a sus hijos de la mejor manera posible.
Del extraño al familiar
La maternidad también está impregnada de incertidumbre. Al principio el bebé es un desconocido tanto para el padre como para la madre. A pesar de que la madre le ha llevado en su vientre tampoco lo conoce y se pregunta cómo será. El padre y la madre impregnan y cubren al nuevo hijo con parecidos familiares, cualidades, defectos o proyectos futuros como si de un traje se tratara. Estas cualidades al principio ayudan a crecer al hijo, le dan una identidad. Así el hijo, extraño al principio, pasa a ser familiar y a formar parte de una familia, de una cadena generacional. En ocasiones esas expectativas e ilusiones pueden impedir que el hijo vaya creando su propio camino o su forma de ser. El manto que le recibió al nacer dejará de ser necesario según crece el hijo. Es un reto para el padre y la madre soportar ese desprendimiento y permitir que el hijo luzca nuevos trajes.
Los trabajos de la madre
Si de algo se encarga la madre es de recibir, acoger y cuidar al hijo. Los cuidados son mucho más que tareas rutinarias. A través de ellas se ofrece un ambiente seguro y de confianza que permite al pequeño crecer de forma positiva. La madre, o cualquier persona que se encargue de los cuidados del pequeño, no solo alimentan o asea. Si esas tareas se hacen con afecto transmiten vida al hijo. Además, durante los primeros meses de vida el hijo irá adquiriendo las bases sobre las que se edificarán sus relaciones adultas. La forma en la que la madre quiere a su hijo le permitirá en el futuro amar y ser amado.
Otra de las grandes tareas de la madre es presentarle el mundo a su hijo. Ella es la primera a través de quien el hijo conoce el mundo y a la familia. Por eso se espera que la madre ayude al hijo a conocer a otras personas y otros lugares más allá de su casa y sus brazos. La mirada que la madre tenga del mundo influirá en el hijo, animándole o no a descubrir el mundo por el mismo.
En este sentido debe quedar claro que una buena madre no es una madre que está siempre presente atendiendo las necesidades del hijo. Es cierto que es necesaria una primera etapa de cuidados y atenciones pero tan importante es su presencia como su ausencia.
Dificultades de la maternidad
Por lo general, socialmente la maternidad se ha idealizado y sea ha ocultado que en ocasiones conlleva sufrimiento para la mujer. La maternidad puede ser un reencuentro con recuerdos y experiencias dolorosas para la madre. Esto sucede principalmente cuando la mujer ha tenido una historia desdichada con una infancia dolorosa. En estos casos las madre se quejan de sus hijos. Es importante poder escuchar las quejas de la madre para aliviar su sufrimiento y comprender el sentido que tiene en relación a su historia y relaciones familiares.
El hecho de que socialmente se rechacen los aspectos más negativos de la maternidad impide que estas mujeres y madres puedan pedir ayuda. Piensan que no se las debería tomar en serio. De esta manera el sufrimiento se estanca impidiendo vivir su vida y las relaciones con sus hijos sin sufrimiento.
Recuerda que te puedo ayudar si quieres vivir tu maternidad de forma plena y satisfactoria.