El miedo escénico acompaña a muchas de las personas que se enfrentan a un público en su vida profesional. Dentro de estos profesionales se encuentran los músicos, los cantantes, los actores y actrices. Son profesionales que pueden vivir su profesión con miedo al fracaso o con vergüenza. Para todos ellos es importante estar preparados para afrontar la presión del público o de las críticas.
Por lo general estos profesionales carecen de formación específica sobre el miedo escénico lo que puede afectar a sus carreras profesionales. Es necesario e importante estar preparado en el manejo de esta emoción. Esto ayudará a que sea una emoción beneficiosa y no perjudicial que permita desarrollar y disfrutar de la profesión.
Cuando se acerca el momento de la actuación es común preguntar sobre los nervios del tipo “¿No estás nervioso?”. Después vienen los comentarios respecto a cómo ha sido la actuación. Es un fenómeno compartido por los artistas por lo que es muy necesario poder conocerlo en profundidad para manejarlo. Muchos profesionales reconocen que es fundamental trabajar sobre ello para poder expresar el arte al público.
Cómo afecta el miedo escénico
Afecta a todos, pero no a todos por igual. La cantidad de miedo que se experimenta juega un papel fundamental en el momento de actuar. Cuando el nivel de miedo es elevado, la emoción desorganiza a la persona. Entonces aparecen los bloqueos. Cuando el miedo es muy intenso impide disfrutar del momento ya sea un concierto o una conferencia. Además, afecta a la valoración que hace la persona de sí misma como profesional e incluso como persona. El sufrimiento es doble, por un lado, se sufre el miedo, por otro, por no poder ejercer cómo le gustaría.
Afortunadamente existe otra forma de experimentar la propia intervención en un acto público. Cuando la emoción está en un nivel óptimo se agudiza el talento y mejora la presentación.
Aproximaciones al miedo escénico
Tradicionalmente se ha estudiado el miedo escénico desde la psicología experimental. Se han hecho numerosos estudios respecto a sus características y las reacciones en las personas que lo sienten (físicas, cognitivas como conductuales). Desde la psicología clínica se trata como una fobia social. Lo cual ha permitido aplicar técnicas cognitivas y conductuales para su tratamiento. Ambos posicionamientos plantean el miedo escénico como una experiencia interna inherente a la situación del concierto. A veces este planteamiento no termina de ayudar a los profesionales. Ambas parten de la idea de que la actuación es ansiógena, esto deja pocas posibilidades para vivirla de otra manera.
Otra manera de tratar el miedo escénico
Es por ello que poco a poco se empieza abordar la experiencia del miedo escénico como una experiencia que cada persona se construye. ¿Qué quiere decir esto? Que cada uno vivirá la actuación de una manera según lo que signifique para él o ella. Esto permite a la persona que lo padece abrirse para reflexionar sobre su miedo, su profesión y sobre sí mismo.
Existen diferencias en cada profesional sobre los mensajes que se da a sí mismo, al origen o a las situaciones en las que se desencadena el miedo escénico. Éste varía según las vivencias personales de cada uno. Cada intérprete es un ser único, por ello necesita una ayuda específica.
¿En qué te puedo ayudar?
Poder trabajar el miedo escénico desde este enfoque te permitirá:
– Conocer el fenómeno del miedo escénico en ti mismo, sin generalidades. Hay personas que se ponen más nerviosas antes de la actuación, quizás temen defraudar a alguna persona significativa que estará entre el público. Otras lo pasan peor después pues no saben cómo manejar las críticas. Algunas personas sufren en determinados actos y no en otros. Es importante que conozcamos bien tu miedo para poder afrontarlo.
– Desarrollar habilidades y respuestas alternativas para afrontar la situación, una vez que comprendamos mejor lo qué te sucede cuando actúas.
– Disfrutar de tu profesión. Se trata de vivir la actuación de forma saludable para promover un mejor rendimiento.
Recuerda, la ansiedad y el miedo son emociones básicas del ser humano, es necesario aprender a manejarlas. Su presencia en el escenario muestran un conflicto al que se debe atender para reducir los síntomas a un mínimo deseable que permita, incluso, mejorar su actuación.