El pasado mes de Febrero (2018) Beatriz Janin acudió a Madrid, invitada por AECPNA, IEPPM y AMPP. La jornada recibió el título “La adolescencia y las nuevas sexualidades” haciendo referencia a la homosexualidad, transexualidad, bisexualidad… La temática reflejaba el interés de muchos profesionales que también se preocupan ante noticias como el suicidio de un adolescente transexual en Vizcaia.
Ya desde el inicio la ponente planteó que las formas que va adquiriendo la sexualidad adolescente es un tema novedoso del que había estado pensando para la jornada. Recojo aquí algunas de las ideas del encuentro que pueden ayudar a aproximarse a estas realidades.
Los padres y la sexualidad adolescente
– Las nuevas sexualidades pueden despertar malestar y preocupación en los padres de los adolescentes. Les invaden miedos e incertidumbre y la sexualidad de los hijos la viven como un peligro. Les cuesta entender que es la forma que tienen los adolescentes de encontrarse con otra persona y a sí mismos. Por ello a veces es necesario trabajar con los padres para que lo puedan entender y ayudar a su hijo.
– Es importante contemplar sus reacciones ante los cambios de los hijos. Cómo los padres responden a estos vaivenes puede anclar a los hijos a ciertas situaciones que de otra manera podrían ser pasajeras. La angustia de los padres ante los cambios de los hijos puede llevarlos a poner etiquetas. Etiquetar a un hijo o hija como “homosexual” o “lesbiana” puede impedir que continúe su búsqueda. De esta forma una elección transitoria puede pasar a ser fija.
– Es necesario escuchar a los padres de los menores para comprender qué valores o deseos depositan en sus hijos. Ellos tienen un papel fundamental en la construcción de la identidad de sus hijos desde que son pequeños. Del discurso que los padres tienen sobre su hijo o hija se puede ir encontrando respuestas a preguntas como ¿qué es un niño o una niña para esa madre o ese padre?, ¿qué les transmiten en ese sentido? En ocasiones los deseos inconscientes de los padres tienen un lugar nada despreciable en estas situaciones.
– No patologizar, no se trata de enfermedades mentales. Los niños y los adolescentes están en crecimiento y son normales las fluctuaciones en cualquier ámbito, también en la construcción de la identidad sexual y en la elección de pareja. Son más frecuentes estos cambios en la adolescencia puesto que es un momento de cambio y definición. En los casos de transexualidad es necesario tomarse un tiempo para pensar sobre la situación, espacialmente cuando se solicita un cambio de sexo.
Los hijos y su sexualidad
– Los hijos no son una copia exacta de anhelos de los padres por lo que es fundamental escucharlos. Los deseos paternos tiene importancia para el hijo pero éste los transforma y los hace propios, aceptándolos o rechazándolos. Especialmente en la adolescencia donde es esperable una ruptura con los valores parentales. Esto es necesario para que los hijos puedan ir haciendo su propio camino en la vida.
– Como se mencionaba antes, las nuevas formas de sexualidad adolescente reflejan formas de relacionarse con uno mismo y con los demás y no tienen por qué ser elecciones fijas las elecciones en la infancia y adolescencia. Un joven puede elegir una pareja homosexual por una decepción con una chica y al revés. Quizás tener una pareja de su mismo sexo le ayuda en la relación con su propio cuerpo cambiante. O en la búsqueda de su identidad necesita experimentar con otro género e identidad. En cualquier caso se debe escuchar al joven para comprender sus motivaciones y aliviar su sufrimiento si es que lo tiene.
La sociedad
La sociedad y sus valores también tienen un lugar en la construcción de cada persona. Es innegable que somos fruto del momento en el que vivimos. Tener presentes los valores sociales que imperan en la sociedad en la que están inmersos los jóvenes también ayuda a comprender estas realidades. En este sentido la sociedad actual permite y amplia el margen de elecciones. Todo es posible. Hoy en día existe la idea de que cualquier fantasía y anhelo se tiene que poder realizar, también las sexuales. Junto a estas posturas de apertura conviven otras que rechazan las nuevas formas de la sexualidad adolescente. Conviven posturas de apertura con otras de rechazo que refleja las dificultades de la sociedad ante estas cuestiones lo que puede conllevar situaciones de estigma y sufrimiento para los jóvenes. Situaciones con las que quizás también necesitan ayuda.
Si estás preocupado por la sexualidad de tu hijo o hija consulta con total libertad.