Es popular el hecho de que las vacaciones en pareja terminen en una separación durante las vacaciones o a la vuelta. Como parte del síndrome postvacacional los medios informan del número de parejas que se separan a la vuelta de vacaciones. Algunas parejas no superan estos días juntos y nos preguntamos ¿por qué será?

Sabemos que cada pareja es un mundo. Muchas parejas esperan las vacaciones con una gran ilusión. Es el momento de poder disfrutar juntos como quizás no han podido hacer durante los fríos meses de invierno. Los días de descanso son deseados pero también temidos. Los días sin obligaciones pueden pasar de ser los más felices a los más duros y desesperantes rápidamente.

Por lo general, durante el resto de los meses del año cada miembro de la pareja hace su vida. Tiene sus obligaciones, su trabajo y es posible que compartan poco tiempo juntos. Es posible que ya haya discusiones a las que se les quiere quitar importancia. Se dice «no nos va tan mal» o «no es para tanto». Lo cierto es que pueden ser un indicador del estado de salud de la pareja. Como el que siente una molestia pero no quiere ir al médico por miedo a que le den una mala noticia.

Algo así puede haber pasado antes de llegar juntos a las vacaciones. Los miembros de la pareja saben que eso es así antes de irse. Se ilusionan con que salir de la rutina harán que todo se arregle, como si de magia se tratara. Desgraciadamente es como el estudiante que no ha estudiado durante el curso y le queda alguna asignatura pendiente para septiembre.

Durante las vacaciones los dos se encuentran. Es el momento de mirarse frente a frente sin el ruido de la rutina. Ya no se pueden esconder. Para muchas parejas ese encuentro hace levantar todas las alarmas. La cercanía es vivida como una amenaza y deben protegerse. Hay personas que temen esa cercanía incluso antes de que lleguen las vacaciones y se separan antes. Esa es su mejor protección, alejarse.

Si se llegan a pasar los días de descanso juntos las decepciones, los encontronazos, la falta de deseo o el aislamiento se hacen más evidentes. El hecho de que durante las vacaciones en lugar de mejorar, la relación empeore da pie a pensar en la separación. Puede empezar siendo una fantasía. La persona se imagina siendo más feliz fuera de esa relación y poco a poco puede llegar a ser una decisión firme. A veces estas fantasías pueden reflejar el deseo de tener más espacio en la relación y no tanto una separación real. También puede darse el caso de actuar desde la rabia en una discusión y plantear la separación sin haberlo reflexionado.

En cualquier caso, es un paso importante. Merece la pena pensar con calma y poder entender qué está pasando en la relación. En el caso de que haya hijos pensar bien la situación es más importante. Dependiendo de cómo se tome la decisión será un proceso más o menos doloroso, aunque cada persona lo vivirá de una manera diferente.

Si te preocupa pasar las vacaciones con tu pareja y te gustaría que fuesen una oportunidad para que la pareja vuelva enriquecida, ponte en contacto conmigo. Podemos trabajar sobre ello.Descúbrelo